Son habitualmente de tamaño mediano y de hábitos tanto terrestres como arboricolas. Se distinguen por su largo hocico, su craneo oblongo y una cresta osea que recorre longitudinalmente el centro del mismo, esto aunado a la poca especialización de sus dientes.
Excepcional mente entre los mamiferos no-primates, las zarigüeyas tienen un digito oponible en las patas traseras que muestra una uña, no una garra. Junto con la cola prensil, esta conformación las ayuda a desplazarse en las ramas, y es utilizada por los ejemplares juveniles para tomarse del cuerpo de la madre.
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